Todo el mundo puede desarrollar un coágulo de sangre, pero hay circunstancias, comportamientos y predisposiciones genéticas que pueden aumentar el riesgo de desarrollar uno. Además de la edad, la obesidad y el hecho de fumar, los mayores factores de riesgo incluyen la cirugía, el embarazo, las lesiones provocadas por un trauma en los vasos sanguíneos y la inmovilización, así como un historial familiar de coágulos de sangre.
No cabe duda de que el ejercicio regular a lo largo de la vida mejora la salud, aun así, el entrenamiento intenso y extenso requerido, por ejemplo, para un maratón, supone un gran nivel de estrés para el sistema, por esto se incrementa el riesgo de desarrollar trombosis en las piernas.
La señal más común de una trombosis en la pierna, es el dolor que muchas personas describen como calambres, este síntoma puede ir acompañado de inflamación y calor en la zona afectada. Además, la piel puede verse descolorida, rojiza o ligeramente azul. Por otro lado, los síntomas de la embolia pulmonar incluyen falta de aire, dolor agudo en el pecho y un ligero desmayo. Es importante reconocer estos síntomas y no ignorarlos. Aunque los coágulos de sangre pueden disolverse solos, es necesario pedir un consejo médico para saber si tienes que empezar un tratamiento, como la medicación anticoagulante.
Aunque ya hemos afirmado que el running no provoca coágulos de sangre, las circunstancias en las que atletas de resistencia entrenan y compiten, supone un mayor riesgo.
De cualquier manera, existen algunas cosas que puedes hacer para prevenir la formación de coágulos de sangre y te los presentamos a continuación.
- Levántate y muévete regularmente.
2. Estira de forma regular durante el día.
3. Cuida la hidratación.
4. Intenta mantener un peso saludable.
Recuerda que más vale prevenir que lamentar, por esto reconoce los síntomas para prevenir la trombosis antes de que se convierta en un problema.