Como atletas, generalmente pasamos el tiempo lidiando con la inflamación. Esto puede tomar la forma de una bolsa de hielo en un músculo adolorido o usar prendas de compresión para mejorar el proceso de recuperación. La inflamación es algo que viene con la práctica de la actividad física, y cada atleta aprende a manejarla. Si bien el ejercicio puede inducir una inflamación aguda, todo el mundo se ve afectado por la inflamación, y aunque parte de ella es beneficiosa y curativa, otros tipos de inflamación son perjudiciales, graves y ponen en riesgo la vida. Lo que comemos y bebemos puede causar inflamación en el cuerpo y esto puede conducir a enfermedades crónicas como el cáncer, la diabetes, la artritis y las enfermedades autoinmunes.
Los productos lácteos se encuentran entre los más dañinos e inflamatorios, especialmente para aquellos que están entre el 65 por ciento de la población humana intolerante a la lactosa. Muchas personas ni siquiera son conscientes de que son intolerantes a los productos lácteos y a los huevos hasta que los eliminan de su alimentación y descubren que los síntomas con los que han lidiado o que han aceptado durante años desaparecen repentinamente.
Tu sistema inmune está en alerta máxima porque se encuentra con cosas que no deberían estar en tu cuerpo, y por lo tanto desencadena una respuesta inflamatoria crónica de bajo grado para tratar de contrarrestarlas y eliminarlas. Con el tiempo, las células inflamatorias y las citoquinas que se liberan en realidad pueden dañar los tejidos como los vasos sanguíneos, causando que se obstruyan y se vuelvan permeables. Esto puede perjudicar el flujo sanguíneo y afectar el rendimiento atlético y la recuperación, ya que tiene un efecto adverso en el suministro de oxígeno. Además, la inflamación en el cuerpo significa que las células que normalmente se reclutarían para regenerar el tejido dañado durante el ejercicio se desvían, lo que significa que el cuerpo podría tardar más tiempo en repararse a sí mismo después del entrenamiento. Las citoquinas inflamatorias, que son los mensajeros químicos con los que el cuerpo se comunica, también pueden causar fatiga, lo que además interferirá con el rendimiento atlético. Recuerda que, para minimizar la inflamación, hay otros tipos de comidas que se deben evitar además de los lácteos y los productos de origen animal. Algunas personas piensan que necesitan consumir productos lácteos para obtener calcio, pero pueden obtenerlo de fuentes vegetales como kale, col china, naranjas, tofu, edamame, brócoli, almendras y quimbombó