Se le llama efecto postcombustión al gasto energético adicional que ocurre después del ejercicio, su término técnico es el exceso de consumo de oxígeno después del ejercicio. Esto significa que si entrenas de forma estratégica, puedes quemar incluso más calorías una vez terminado tu entrenamiento.
Después de correr, el cuerpo tiene que tachar algunas cosas de la lista siguiente para recuperarse y volver a un estado de reposo:
Rellenar las reservas de energía.
Regular la temperatura, la respiración, la frecuencia cardiaca y los niveles hormonales.
Eliminar o convertir desechos metabólicos.
Reponer las reservas de oxígeno.
La duración y la potencia del efecto postcombustión varían en función del tipo de entrenamiento, por lo tanto, si la intensidad es suficientemente elevada, el siguiente componente más importante es la duración del entrenamiento. Cuanto más largo sea el entrenamiento, más calorías se queman.
Los entrenamientos HIIT son la mejor forma de beneficiarse del efecto de postcombustión, las carreas tempo, fartleks y entrenamientos a intervalos también son formas excelentes de crear un efecto postcombustión.
Los ejercicios de tipo HIIT realizados de forma regular ayudan a aumentar la velocidad y la fuerza, sobre todo a los corredores. Por supuesto, una carrera continua más lenta también quema calorías, pero el efecto postcombustión del running no es tan significativo como el de un entrenamiento HIIT o a intervalos. Por otro lado, una carrera continua más larga y de mayor intensidad puede tener un efecto postcombustión muy considerable. Es importante tener en cuenta que los entrenamientos de más duración suelen quemar más calorías (durante la sesión + efecto postcombustión).
No importa cuál sea tu objetivo, al hacer entrenamientos intensos es necesario prestar atención a los síntomas de sobre entrenamiento y asegurarse de que el cuerpo recibe el combustible adecuado.