La vitamina C es un componente esencial de la dieta que, entre otras cosas, puede reducir los efectos adversos de los radicales libres producidos por el ejercicio, incluyendo el daño muscular, la disfunción del sistema inmune y la fatiga. Sin embargo, existe la hipótesis que una dosis alta de esta vitamina puede afectar el rendimiento deportivo.
La vitamina C se encuentra en muchas verduras y frutas, como naranjas, limones, limas fresas y kiwis. Debido a que es soluble en agua, no podemos almacenarla en el cuerpo y necesitamos consumirla regularmente para asegurarnos de que se consuma lo suficiente. Sin embargo, es vital para mantener saludables a todas las células y cartílagos del cuerpo y es necesaria para la absorción de hierro. Consumir muy poca vitamina C en la dieta significa que carecemos de una proteína llamada colágeno y que puede conducir al escorbuto.
Es tan popular gracias a la reputación de fungir como una protección contra los resfriados y los virus como suplemento, por esto muchos deportistas confían en la mega dosis de vitamina C para complementar el entrenamiento de invierno. Los atletas utilizan ampliamente los suplementos antioxidantes para evitar el estrés oxidativo elevado, cuyas consecuencias incluyen daño muscular, disfunción inmune y fatiga.
No se recomienda la mega dosis crónica con vitamina C, aunque se pueda justificar un consumo moderado de 0.2 g diarios consumidos en forma de frutas y verduras por razones de salud. El impacto de la vitamina C en el rendimiento deportivo dependerá de la duración del ejercicio, la frecuencia y dieta del deportista.
Sin embargo, si existen investigaciones que demostraron que, cuando se trata de tomar vitamina C adicional, los atletas se benefician más que la población general. Los resultados indican que las dosis altas de vitamina C y E, como se encuentran comúnmente en los suplementos, deben usarse con precaución y control. Además, los requerimientos diarios de vitamina C consumidos en cinco o más porciones de frutas y verduras puede ser suficiente para reducir el estrés oxidativo y proporcionar otros beneficios para la salud sin perjudicar las adaptaciones de entrenamiento.