Lo primero que debes de saber es que los datos de la báscula pueden engañarte y el motivo de ello se debe a que debemos diferenciar si la bajada o subida está relacionada con el nivel de grasa o la masa muscular. Muchas personas que comienzan un tipo de alimentación saludable y un plan de entrenamiento notan que tras un tiempo han aumentado algunos kilos, pero en realidad, no es motivo de alarma, ya que puede deberse a un mayor desarrollo muscular a causa del ejercicio.
Estas son las partes que recomendamos medir:
- Colócate de pie con los hombros relajados y los brazos estirados a ambos lados.
- Pasa el metro justo por encima.
- Mantén una postura relajada y mide a la altura del ombligo.
- Bíceps: Levanta los brazos a ambos lados del tronco y flexiona el codo.
- Colócate en la postura típica como si desearas mostrar músculo.
- Glúteos: Pasa la cinta métrica por la parte más ancha del glúteo.
Como ya te mencionamos anteriormente, la báscula puede engañarte, por eso te recomendamos lo siguiente para medirte de una manera adecuada y especifica:
- No te midas si has entrenado previamente, ya que que los músculos se encontrarán con mayor volumen.
- Selecciona siempre la misma hora para pesarte y medirte. El mejor momento es a primera hora de la mañana y en ayunas.
- No tomes las medidas por encima de la ropa.
- Por supuesto, la cinta métrica jamás debe ejercer presión sobre la piel. Es cierto que de este modo lograremos obtener menos centímetros, pero los datos no son reales.
Ahora ya sabes que para medir el cuerpo y conocer su evolución no solo debemos fiarnos de la báscula, ya que en muchas ocasiones se experimenta un aumento de peso y no necesariamente está relacionado con la grasa corporal. Recuerda que lo ideal es que acudas a un profesional para que lleve un control correcto y obtengas datos más precisos de tu situación, así los resultados llegarán de forma más efectiva y segura.